DIA 10: ADORACIÓN
Este es el último día en que nos enfocamos específicamente en nuestra conexión con Dios. Hoy veremos la idea y concepto de adorar a Dios. Mientras preparamos el escenario para la adoración, la pieza más importante es cómo vemos a Dios dentro del contexto de adorarle. Dios es nuestro creador y salvador. Aún más importante, Él es santo y digno de ser alabado. Quiero dividir esto en algunos conceptos dentro de este contexto. Veamos qué significa “santo”.
Santo – Tener características de pureza moral o ritual; el contexto frecuentemente enfatiza una sobre la otra.
Al mirar esta definición, quiero enfocarme en dos componentes. La palabra “pureza” y la frase “una sobre la otra”. En Dios no hay maldad, ni pecado; Él es perfecto (Mateo 5:48); Él es la definición literal de puro y verdadero. Él declara lo que es correcto, bueno, santo y justo, pero Él mismo es Santo (Deuteronomio 32:4). También está sentado en la posición más alta del universo (Salmo 83:18). No hay nadie como Él (1 Samuel 2:2).
Temor Santo – Dios es nuestro amigo (Juan 15:15), eso es cierto; pero por sobre eso, Él es Dios. Mientras usted crece en conocimiento, es importante que desarrolle lo que muchos llaman “Temor Santo” de Dios. Proverbios 9:10 dice, “El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento”. Ahora, este concepto de temor no se refiere a correr a esconderse por miedo; sino que se trata de un nivel mayor de respeto hacia Dios; es reverencia y sobrecogimiento. Vemos este concepto en Hebreos 12:28-29.
Hebreos 12:28-29 “Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro ‘Dios es fuego consumidor’”.
Definamos rápidamente reverencia y sobrecogimiento...
Reverencia — Un profundo sentimiento de respeto.
Sobrecogimiento – Un sentimiento abrumador de asombro temeroso.
Mientras crecemos en nuestro conocimiento de cómo acercarnos a Dios en adoración, debemos acercarnos con un Temor Santo (reverente). Esto es algo que siempre debe ser consistente en la vida del creyente. Si vamos a definir Temor Santo, yo diría que es un respeto temeroso por la persona de Dios. Es interesante que Hebreos 12:29 dice, ‘Dios es fuego consumidor’. Cuando miras el fuego, tienes el respeto y cuidado de no tocarlo por su poder. Lo mismo sucede con Dios. Él es un fuego que todo lo consume:
poderoso, cautivante, pero muy respetado.
Tal como en una noche muy fría, el fuego nos acerca a él para darnos calor. Lo mismo sucede con el Temor Santo a Dios; debe atraernos siempre a Él, porque nos mantiene con vida. El temor que debemos tener hacia Dios, debe ser el de un gran respeto y honor. Me gusta lo que el escritor John Bevere dice al respecto: "El temor al Señor no nos aleja de Su presencia, sino todo lo contrario. Un temor bueno y maravilloso nos atrae a Él". También menciona algo que voy a parafrasear: “Cuando caminamos a diario con un temor correcto hacia Dios, debemos tener miedo de alejarnos de él, no de estar cerca de Él”. Esta idea ahora prepara el camino para explorar algunos aspectos de la adoración.
Santo – Tener características de pureza moral o ritual; el contexto frecuentemente enfatiza una sobre la otra.
Al mirar esta definición, quiero enfocarme en dos componentes. La palabra “pureza” y la frase “una sobre la otra”. En Dios no hay maldad, ni pecado; Él es perfecto (Mateo 5:48); Él es la definición literal de puro y verdadero. Él declara lo que es correcto, bueno, santo y justo, pero Él mismo es Santo (Deuteronomio 32:4). También está sentado en la posición más alta del universo (Salmo 83:18). No hay nadie como Él (1 Samuel 2:2).
Temor Santo – Dios es nuestro amigo (Juan 15:15), eso es cierto; pero por sobre eso, Él es Dios. Mientras usted crece en conocimiento, es importante que desarrolle lo que muchos llaman “Temor Santo” de Dios. Proverbios 9:10 dice, “El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento”. Ahora, este concepto de temor no se refiere a correr a esconderse por miedo; sino que se trata de un nivel mayor de respeto hacia Dios; es reverencia y sobrecogimiento. Vemos este concepto en Hebreos 12:28-29.
Hebreos 12:28-29 “Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro ‘Dios es fuego consumidor’”.
Definamos rápidamente reverencia y sobrecogimiento...
Reverencia — Un profundo sentimiento de respeto.
Sobrecogimiento – Un sentimiento abrumador de asombro temeroso.
Mientras crecemos en nuestro conocimiento de cómo acercarnos a Dios en adoración, debemos acercarnos con un Temor Santo (reverente). Esto es algo que siempre debe ser consistente en la vida del creyente. Si vamos a definir Temor Santo, yo diría que es un respeto temeroso por la persona de Dios. Es interesante que Hebreos 12:29 dice, ‘Dios es fuego consumidor’. Cuando miras el fuego, tienes el respeto y cuidado de no tocarlo por su poder. Lo mismo sucede con Dios. Él es un fuego que todo lo consume:
poderoso, cautivante, pero muy respetado.
Tal como en una noche muy fría, el fuego nos acerca a él para darnos calor. Lo mismo sucede con el Temor Santo a Dios; debe atraernos siempre a Él, porque nos mantiene con vida. El temor que debemos tener hacia Dios, debe ser el de un gran respeto y honor. Me gusta lo que el escritor John Bevere dice al respecto: "El temor al Señor no nos aleja de Su presencia, sino todo lo contrario. Un temor bueno y maravilloso nos atrae a Él". También menciona algo que voy a parafrasear: “Cuando caminamos a diario con un temor correcto hacia Dios, debemos tener miedo de alejarnos de él, no de estar cerca de Él”. Esta idea ahora prepara el camino para explorar algunos aspectos de la adoración.
Adorar a Dios con Nuestras Vidas
Esta idea del sacrificio vivo es vital, porque pone a Dios como el Rey de su vida; Él es la máxima autoridad y comprendemos que seguir su Palabra y la dirección de su Espíritu nos lleva a la vida verdadera. En segundo lugar, Él nos dice qué hacer y cómo hacerlo. Esto es lo que llamamos vivir la “voluntad de Dios”, la cual discutiremos en
profundidad durante la Semana 5. La única forma de seguir la dirección de Dios, es que Él esté en total control de nuestras vidas. Dios no puede tener el mismo estatus que nosotros en la nuestra dirección. Nosotros estamos dañados por el pecado; eso incluye nuestra carne, orgullo, envidia, egoísmo, etc. Desafortunadamente estamos dañados y necesitamos de Su gracia. La salvación debe generar el deseo de someternos al gobierno de Dios y así es como le demostramos adoración genuina.
Adorar a Dios con Nuestro Canto
Hay muchos aspectos relacionados con la adoración, pero hay algo poderoso cuando adoramos a Dios con nuestro canto; es más que simplemente cantar palabras que aparecen en una pantalla o que escuchamos en la radio. La canción debe venir de nuestros corazones, con entendimiento y gratitud, respeto y asombro de quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros. Si decidimos cantar con sinceridad canciones de adoración, podemos reflexionar en nuestro interior. Eso nos ayuda a desgarrar nuestros corazones para alinearnos y posicionarnos correctamente ante Dios. Cantar es un enfoque que podemos tomar en nuestras vidas espirituales, para elevar a Dios al lugar que le pertenece. Nuestro canto es una forma de comunicar el afecto sincero de nuestro corazón hacia Dios. A continuación encontrará algunos excelentes versículos que reflejan este acto específico de adoración.
Salmo 95:1-6 “¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor; aclamemos alegres a la Roca de nuestra salvación! Lleguemos ante él con acción de gracias; aclamémoslo con cánticos. Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses. En sus manos están los abismos de la tierra; suyas son las cumbres de los montes. Suyo es el mar, porque él lo hizo; con sus manos formó la tierra seca. ¡Vengan, postrémonos reverentes! Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor!”
Isaías 12:5 “Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra”.
Efesios 5:19-20 “Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Salmo 95:1-6 “¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor; aclamemos alegres a la Roca de nuestra salvación! Lleguemos ante él con acción de gracias; aclamémoslo con cánticos. Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses. En sus manos están los abismos de la tierra; suyas son las cumbres de los montes. Suyo es el mar, porque él lo hizo; con sus manos formó la tierra seca. ¡Vengan, postrémonos reverentes! Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor!”
Isaías 12:5 “Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra”.
Efesios 5:19-20 “Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
Adorar a Dios con Nuestros Recursos
Las finanzas pueden ser una de las áreas más difíciles de confiar a Dios e incluso de tratar, porque es un tema sensible. Pero la Biblia tiene mucho que decir al respecto. Hay muchas interpretaciones diferentes respecto al diezmo, pero creo que este versículo describe por qué es tan importante.
Mateo 6:19-21 “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
En mi opinión, diezmar o dar es un referente en nuestra madurez espiritual. Sé que todos hemos oído acerca de líderes de iglesia que han malversado fondos de sus respectivas organizaciones, sin embargo, es importante comprender que nosotros no damos a los hombres. Si alguien malversa fondos, Dios lo hará responsable de sus actos y para ser honestos, no es una práctica común según lo podrían indicar las noticias. Recuerde, este es un acto de adoración; damos a Dios para demostrar espiritualmente nuestra fe, confianza y obediencia a Él. En Marcos 12:17 dice, "Y Jesús les dijo:—Denle, pues, al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento contienen varios ejemplos; a continuación están los más comunes.
Malaquías 3:8-10 »¿Acaso roba el ser humano a Dios? ¡Ustedes me están robando!»Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?”. »En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación entera—, están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. »Traigan íntegro el diezmo a la tesorería del Templo; así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor de los Ejércitos—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.
2 Corintios 9:6-12 “Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario y toda buena obra abunde en ustedes. Como está escrito: ¿Qué significa temer a Dios?«Repartió sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre». El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no sólo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios”.
Somos llamados a ser administradores de los recursos de Dios, según Su voluntad. Dios nos da la salud para trabajar y la habilidad de ganar nuestro salario. Con una perspectiva saludable en este tema, nos damos cuenta que no importa si es mucho o poco dinero; todo le pertenece al Señor.
Deuteronomio 8:17-18
“No se te ocurra pensar: «Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos». 18 Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy su pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados”.
Mateo 6:19-21 “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
En mi opinión, diezmar o dar es un referente en nuestra madurez espiritual. Sé que todos hemos oído acerca de líderes de iglesia que han malversado fondos de sus respectivas organizaciones, sin embargo, es importante comprender que nosotros no damos a los hombres. Si alguien malversa fondos, Dios lo hará responsable de sus actos y para ser honestos, no es una práctica común según lo podrían indicar las noticias. Recuerde, este es un acto de adoración; damos a Dios para demostrar espiritualmente nuestra fe, confianza y obediencia a Él. En Marcos 12:17 dice, "Y Jesús les dijo:—Denle, pues, al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento contienen varios ejemplos; a continuación están los más comunes.
Malaquías 3:8-10 »¿Acaso roba el ser humano a Dios? ¡Ustedes me están robando!»Y todavía preguntan: “¿En qué te robamos?”. »En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes —la nación entera—, están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. »Traigan íntegro el diezmo a la tesorería del Templo; así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor de los Ejércitos—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.
2 Corintios 9:6-12 “Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario y toda buena obra abunde en ustedes. Como está escrito: ¿Qué significa temer a Dios?«Repartió sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre». El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no sólo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios”.
Somos llamados a ser administradores de los recursos de Dios, según Su voluntad. Dios nos da la salud para trabajar y la habilidad de ganar nuestro salario. Con una perspectiva saludable en este tema, nos damos cuenta que no importa si es mucho o poco dinero; todo le pertenece al Señor.
Deuteronomio 8:17-18
“No se te ocurra pensar: «Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos». 18 Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy su pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados”.