Bienvenido al Día 14, en el que descubriremos la importancia d reunirnos. Sucede algo especial cuando el pueblo de Dios se reúne para aprender y adorar a Dios. Como mencioné antes, no fuimos creados para vivir solos; por eso Dios no sólo nos dio el Espíritu Santo, sino que también nos dio hermanos y hermanas para compartir nuestra vida. Fuimos hechos a imagen de Dios, Él nos creó para entablar relaciones, tal como Él desea tener relación con otros.

La interacción humana mental, emocional y espiritualmente saludable. Es vital para la verdadera salud espiritual. Digo esto por una experiencia que tuve con una compañera de trabajo años atrás. Esta persona me dijo, “creo en Dios y lo adoro solo. No necesito una iglesia para hacerlo”. Yo era muy joven cuando oí ese argumento y no tuve una buena respuesta, pero sabía que no era lo correcto. Luego de crecer en mi fe, encontré un pasaje bíblico que me ayudó a moldear mis ideas.

Mateo 18:20 “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Hebreos 10:24-25 “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacer algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”.

En el párrafo anterior, en que menciono la historia de mi compañera de trabajo, si averiguo por qué ella hizo ese comentario, podría ser que sólo se basa en falsos pretextos. Generalmente oímos la idea de que “la iglesia sólo quiere mi dinero”. La otra razón que escuchamos es “la última vez que asistí a la iglesia, me hicieron daño. No se puede confiar en la gente de la iglesia”. Quiero apuntar a estos dos ataques que enfrenta la iglesia frecuentemente, porque aleja a los creyentes del cuerpo de Cristo.

Dinero:
Mi madre tuvo una experiencia al respecto, hace muchos años atrás, cuando ella era muy joven. Ella y mi abuela fueron a la iglesia y el pastor se les acercó y les dijo “Más vale que comiencen a diezmar, de lo contrario, tendrán que irse a otra iglesia”. Tal vez no estoy diciendo literalmente lo que dijo, pero lo dijo se quedó en la memoria de mi madre hasta el día de hoy.

En situaciones como esta, el enemigo utiliza la codicia de un individuo o de un grupo pequeño de personas, para llevar a cabo propósitos que no son del Señor. El enemigo distorsiona la verdad para hacer creer que cada iglesia es así. Hará lo que sea por alejar de la verdad a los creyentes. La verdad es esta: El diezmo/dar nos enseña a confiar en Dios con nuestro dinero, y es una expresión de nuestra gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros. El enemigo no quiere que confiemos en Dios en todos los aspectos de nuestra vida, eso incluye el diezmo.

2 Pedro 2:3 Llevados por la avaricia, estos falsos maestros se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas.

Mateo 6:21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Heridas:
Con el tiempo, si estás en la iglesia te puedo asegurar que habrá un momento en que alguien te falle o te ofenda. La razón por la cual sé esto, es porque la iglesia está compuesta por personas y las personas tenemos defectos. Nadie es perfecto, ni siquiera el pastor. En Efesios dice lo siguiente:

Efesios 4:32 “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.

Si realmente está caminando con Cristo a diario, le animo a orar la oración de Jesucristo, que se encuentra en Mateo 6. Es interesante, porque nos prepara antes que nos ofendan y antes que nosotros ofendamos a otras personas. Por eso la oración del Señor dice:

Mateo 6:12 “Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores”.

Nos prepara porque somos humanos y vivimos, trabajamos y tenemos compañerismo con otros seres humanos. A veces las cosas se pondrán difíciles porque no somos perfectos. Entonces prepárese para ser amable, compasivo, perdonador y paciente con los demás.

Conclusión:
El enemigo quiere mantenernos aislados, lejos del cuerpo de Cristo, lejos de nuestra reunión. El aislamiento crea ambientes de vulnerabilidad, donde el enemigo puede atacar nuestros pensamientos (Génesis 3:3) y desanimar nuestra fe (Juan 10:10). Estar solo no es malo, pero el aislamiento constante puede alimentar la depresión y la desesperanza. Como seres con emociones necesitamos compañerismo, aliento e impulso de las personas que nos rodean. No importa si es introvertido; la reunión de cristianos es importante, independiente del tipo de personalidad. Alimenta su salud emocional y mental; no debe descuidarse. Incluso si alguien le ha ofendido, elija no permanecer ofendido y perdone rápidamente. No permita que una persona o situación detenga lo que Dios tiene para usted.

Nota: Si hubo un abuso físico o sexual, podemos perdonar, pero DEBE ser reportado. Puede haber ambientes en que haya sucedido un abuso mental, físico o sexual, pero ese es un escenario completamente diferente. Puede haber ocasiones en que debamos abandonar un lugar debido a la total corrupción. Eso está bien. Si esa ha sido su experiencia, le sugiero orar y en el tiempo correcto, a medida que sana, busque una iglesia saludable. Esto es vital para su desarrollo espiritual.

Existirán diferentes expresiones del cuerpo de Cristo hasta que Él venga. Hay dos extremos del espectro cuando se refiere a estilos. Los fundamentalistas se describen como menos emocionales y con una espiritualidad que se fundamenta de manera lógica. Al otro extremo está el lado carismático, que es el lado emocional de la espiritualidad, pero que se establece en la lógica y en el marco de las Escrituras.

Esto se remite al tipo de personalidad y preferencia personal. Dios nos hizo a todos diferentes y esa es la belleza de las diferentes expresiones dentro del cuerpo de Cristo. Somos partes diferentes, pero uno en Cristo. He aprendido que no hay nada malo con cualquiera de las dos partes (mientras Cristo esté anclado dentro de estas múltiples expresiones y la Palabra de Dios sea su fundamento). He sido parte de ambos lados y Dios usa ambos grupos efectivamente. Ambos tienen pros y contras, porque hay humanos involucrados. Lo crea o no, incluso lo vemos en 1 Corintios.

1 Corintios 1:11-17
“Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes. Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo». ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O es que fueron bautizados en el nombre de Pablo? Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo, de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar las buenas noticias y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia”.

Todos estamos tratando de seguir a Jesús de manera imperfecta. Unámonos como uno solo, incluso a pesar de nuestras preferencias. No nos dividamos, sino que edifiquémonos unos a otros en oración y aliento. ¡Somos uno!

Por último, hay muchos tipos de reunión (servicios) hoy en día. Hay reuniones digitales/virtuales versus reuniones en persona. Permítame nuevamente animarle a reunirse en persona, incluso si ha tenido una excelente experiencia digital. Esto no es un intento de detener el progreso de la iglesia, sino un llamado a unificar aún más al cuerpo de Cristo. Todos tenemos dones espirituales y ¿cómo pueden manifestarse estos dones digitalmente? Se requiere interacción y se logra cuando estamos juntos para operar dentro de esos dones.

También vemos reuniones grandes y pequeñas en las Escrituras.

Hechos 2:46 “No dejaban de reunirse unánimes en el Templo ni un solo día (reuniones grandes). De casa en casa (grupos pequeños) partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad”.

En la Biblia, desde el Antiguo Testamento al Nuevo Testamento verá gente reuniéndose para adorar a Dios; es lo que su pueblo hace. Vemos que la adoración por medio de canciones, oración, compañerismo, comunión, ministerio y sermón, son parte de las reuniones en las Escrituras. Congregarnos es algo que agrada a Dios, no importa el tamaño del grupo.