DIA 21: COMPROMISO

¡Bienvenido al Día 21. Hoy hablaremos del último pilar de nuestra fe, que es nuestro Compromiso. Yo creo que este pilar es el problema número uno en el cristiano moderno. No quiero sonar criticón, pero todos en la vida pasamos por momentos en que nos cansamos; eso es normal como seres humanos. Lo que me preocupa más, es que hoy en día la cultura está dictando la forma en que procesamos el concepto de compromiso. Creo que eso estorba el verdadero compromiso que los cristianos deben tener. La idea de estar comprometidos con algo hoy en día, en nuestra cultura moderna, no es una virtud. Tal vez ha oído comentarios como, “si no funciona, cámbialo” o “temor a perderte algo”. Vivimos en un mundo que cambia rápidamente, donde estamos concentrados en obtener las cosas “rápidamente” y “ahora” o, por otra parte, no queremos “perdernos” otras cosas. Aunque algunos aspectos del “ahora” son a veces muy agradables, hay mayores beneficios espirituales y mentales para los compromisos a largo plazo.

La razón por la que esta mentalidad del “rápido y ahora” es peligrosa, especialmente para el cristiano, es porque debe haber un proceso de crecimiento dentro del creyente. No hay sustituto para el tiempo. Usted verá que las Escrituras y el Espíritu Santo constantemente desafían al ser interior durante el curso de su vida. Nuestro ser y voluntad (o deseos) son muy tercos y toma tiempo moldearlos a la imagen de Cristo. Somos moldeados por la obediencia a lo que Dios nos llama a hacer. Muchas veces cuando esto sucede, es extremadamente difícil (emocionalmente/mentalmente) porque no estamos viendo los resultados espirituales que queremos “ahora mismo”. Pasamos por alto lo que Dios está enseñándonos y eso demora nuestra madurez espiritual.

Las Escrituras tienden a destruir y dar nueva forma a nuestra perspectiva, de modo importante. El Espíritu Santo nos desafía a hacer cosas fuera de nuestra zona de comodidad y nos convence de cosas que necesitamos dejar. Nuevamente, si carecemos de compromiso espiritual en esos momentos, vendrá frustración, desánimo y eso nos hará pensar que Dios “no funciona”. Nosotros jugamos un rol importante en nuestro propio desarrollo espiritual, pero gracias a Dios, tenemos ayuda para romper el ciclo de nuestra naturaleza pecaminosa, que viene del poder de Su Palabra y de su Espíritu.

Permanecer

Para comenzar a comprender lo que es el compromiso bíblico, la palabra “permanecer” es una palabra muy poderosa que debemos aprender. Significa “aceptar o actuar de acuerdo a”. Esta palabra tiene un significado mayor para el cristiano, porque Jesús mismo usaba términos similares para describir nuestra relación con Él. En Juan 15 dice:

Juan 15:4-5 “Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de de mí no pueden ustedes hacer nada”.

Cuando piensas en una vid y sus ramas, ellas están tan perfectamente unidas que tienen una fuerza increíble. Debido a que nuestra vida debe estar escondida en Cristo (Colosenses 3:3), debemos estar tan unidos a él como la vid y las ramas, para llegar a ser “espiritualmente” fuertes en Cristo. Si estamos separados de Él, no podremos ver las bendiciones (frutos) de Dios en nuestras vidas. Cuando hablo de bendiciones, quiero que entienda que puede ser salud física, emocional, financiera y espiritual. Dios no es un genio en una botella, ni un boleto de la lotería; Él es “Abba” (Padre) y usted es su hijo(a) y nos ama tanto que desea proveer para nosotros (Mateo 6:26). Habrá momentos en que Dios responde oraciones en un sentido financiero, pero es importante reconocer y ver las provisiones de emocionales y espirituales también.

Si nos encontramos separados de Dios, no podremos vivir la vida que Él quiere: “Separados de mí no pueden ustedes hacer nada”. Debemos tener una fuerte confianza y dependencia de Dios; eso es lo que construye un lazo fuerte en nuestra relación con Él. Es por eso que cuando la gente dice que necesita “arreglar su situación” antes de venir al Señor, realmente lo que Dios quiere es simplemente que vengamos a Él primero, le aceptemos como Señor de nuestras vidas y luego a través de esta nueva relación, comencemos a ser transformados por Él. Esto es posible porque Él vive en nosotros.

Permanecer Saludables

¿Cómo sabemos que somos saludables (espiritualmente hablando) en nuestro compromiso con Dios? Si piensa en los Fariseos y Saduceos, ellos eran gente realmente “comprometida espiritualmente”, pero no eran saludables y no conocían realmente a Dios (Mateo 23:27-28). Lamentablemente, existe la mentalidad (especialmente en los Estados Unidos) que una vez que uno acepta a Cristo, se bautiza y “ya está bien”. La verdad es que le dimos nuestras vidas a Cristo, con el compromiso de seguirle. He visto este patrón en muchos cristianos después de su salvación y su bautismo; muy rápidamente comienzan a decir cosas como “no siento la presencia de Dios”, o “no veo a Dios trabajando en mi vida”. La razón por la cual esto sucede, es porque no están permaneciendo en Él. No hay un sentido de compromiso con Dios; sólo creen en Él. He mencionado esto antes, pero quiero reiterar que Santiago 2:19 dice, "¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan”. Lo que Santiago está diciendo es que la verdadera fe se demuestra no sólo con el pensamiento, sino también con acciones. Para permanecer saludable en nuestro compromiso, se requiere acción de parte del creyente.

Otro punto importante, es que debemos seguir el ejemplo de Jesús para permanecer saludables. 1 Juan 2:3-6 dice “Sabemos que hemos llegado a conocer a Dios si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió”.

Vivir como Jesús es imposible si no está comprometido con Su dirección. Aquí es donde es necesario comprender lo que significa permanecer, pero también es importante identificar con qué se ha comprometido Jesús. Como mencioné previamente, tenemos Su Palabra y al Espíritu Santo que nos ayuda. Ya que tenemos a Dios viviendo en nosotros (Espíritu Santo), podemos vivir como Jesús, pero debemos involucrar nuestra voluntad para comprometerse con Sus caminos. Piense en los 4 pilares que hemos aprendido en las semanas anteriores Relación, Comunidad, Misión y Compromiso... ¡Eso es realmente lo que Jesús demostró por nosotros!

Relación: Jesús nos dió el ejemplo perfecto de una relación y de una vida con Dios. (Mateo 4:1, Mateo 11:27, Romanos 8:11, Juan 5:19-20, Mateo 6:5-14, Juan 13:15, 1 Pedro 2:21)

Comunidad: Jesús estableció su comunidad llamada iglesia, a través de Sus discípulos. La iglesia se convertiría en un movimiento de personas que llevarían las “Buenas Noticias” al mundo. Ellos lo harían enseñando y equipando a los santos para la obra del ministerio, por medio del poder del Espíritu Santo. (Mateo 16:18, Mateo 28:18-20, Efesios 4:11-12, Hechos 2:42-47, Juan 16:7, Hechos 1:8)

Misión: Jesús tuvo la misión de morir en la cruz por nuestros pecados, para que pudiéramos ser salvos. Su objetivo era proveer un camino al Padre y restaurar nuestra relación con Él. (Mateo 20:28, Juan 3:16-17, 1 Juan 4:9-10, Juan 14:6)

Compromiso: Con estos versículos que aparecen arriba, podemos ver claramente que Jesús estaba comprometido para demostrarnos cómo vivir en la tierra, en relación con el Padre. Él también se ha comprometido con el éxito de su comunidad (la iglesia), enseñando, dándonos ejemplo y enviando el Espíritu de Dios a equiparnos y guiarnos. Por último, Jesús estaba comprometido con Su misión de conquistar el pecado y la muerte, por medio de Su resurrección, para liberar a las personas de la atadura del pecado.

Si asume la relación, comunidad, misión y compromiso con seriedad, no hay duda que verá salud y crecimiento espiritual en su vida. Pero tal como comenzamos nuestra relación con Dios por medio de un compromiso, debemos permanecer comprometidos con Él en estas áreas, durante toda nuestra vida.

VERSO DEL DIA

Juan 15:4-5

4 Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.
5 »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.

LAS PREGUNTAS DE HOY

RECURSOS ADICIONALES

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