DIA 3: FE

Qué es fe?

Para comenzar este tercer día, quiero que recordemos algo que aprendimos el Día 2; la definición de fe. Fe es “completa confianza en algo o alguien”. Se requiere fe para aceptar a Jesús como Salvador. Sin fe, es imposible recibir y experimentar la gracia salvadora de Jesucristo. Ella también es vital para que cada creyente pueda vivir día tras día. Veamos algunos pasajes de las Escrituras para desarrollar nuestra comprensión del concepto de la fe.

Hebreos 11:6 "En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan".

Primero, sabemos que la fe es un requisito para cualquier creyente, porque lo dice Hebreos 11:6. Segundo, la fe es un agente que hace posible aceptar a Jesucristo. Sabemos esto porque Efesios 2:8-9 dice...

Efesios 2:8-9 "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte".

Debido a que no podemos salvarnos a nosotros mismos, la fe es nuestra única responsabilidad en el proceso de salvación. Y por la gracia (el regalo de algo que ni siquiera merecemos), recibimos salvación como un regalo para nosotros. Tal como cuando un miembro de su familia o un amigo le da un regalo; su parte es recibirlo. De la misma forma sucede con la salvación por medio de la gracia. Jesús nos da el regalo eterno de la salvación y nosotros sólo tenemos que recibirlo.

Una respuesta común al recibir un regalo, es usarlo según el propósito que tiene. Esta simple acción le demuestra a la persona que lo regaló, que el regalo nos trae alegría y eso, a la vez, alegra el corazón de quien lo dio. La vida cristiana es muy similar; ahora que tenemos el regalo de la salvación, nuestra expresión hacia Dios es la fe. Ella da gozo al Padre, porque sabe que reconoces lo que Él ha hecho por ti.

¿Qué Es Fe Genuina?

Cuando un regalo es significativo para usted, suceden dos cosas. Primero, crea un significado y gratitud genuinos, dentro de su corazón y de su mente. Segundo, el regalo, de alguna manera, forma parte de su vida. Nosotros como cristianos necesitamos examinar nuestra fe dentro de los mismos estándares, para determinar cómo nos afecta el regalo del Padre.

- ¿El regalo de la salvación y nuestra nueva relación con Dios, son importantes para
nosotros?
- ¿Realmente sentimos un sentido de gratitud? Si es así ¿Cómo ha impactado nuestras
vidas?
- ¿Es esta nueva fe en Cristo un pensamiento agradable o una realidad en nosotros?

La razón por la que digo esto es porque hay un versículo muy poderoso en Santiago.

Santiago 2:19 - “¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan”.

Este verso apunta a la idea de que creer, en sí, no logra mucho. Santiago conecta la idea que incluso los demonios creen que Dios existe, entonces ¿qué prueba eso? Conectemos este versículo con la idea de los “regalos”. Probablemente en tu vida has recibido al menos un regalo que no te gusta. Aunque el gesto fue bueno, no le encontraste valor al regalo. Estoy seguro de que de todas maneras agradeciste el presente, pero al final, no impactó tu vida.

Usando esta analogía, lo mismo sucede para los cristianos que reconocen la existencia de Dios e incluso dan gracias a Dios, pero no hay una manifestación real del regalo de la salvación y de la nueva relación con Dios. No hay un impacto genuino en sus vidas. Cualquiera puede reconocer que el regalo existe, agradecer por ello e incluso puede describirlo, pero en realidad, ¿Lo ha internalizado? ¿Realmente le ha impactado este regalo?

Me gusta compararlo con esto. Si usted ama a alguien ¿Sólo le dice que lo ama? Por supuesto que no; también le hace regalos, pasa tiempo con esa persona, la honra y le demuestra su amor de diversas maneras. La fe genuina es así; no sólo se habla de ella, no sólo basta con creer; es vivir lo que creemos. Una fe genuina produce un deseo de tener un temor reverente y santo por Dios, tener una relación con Él, caminar en sus caminos y vivir como Jesús.

1 Juan 2:3-6 “Sabemos que hemos llegado a conocer a Dios si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió”.

Fe y Acción (Actos/Obras)

Al discutir este tema, es importante dejar algo en claro. Ni sus actos, ni sus obras le salvarán. ¿Ha oído a la gente decir “Tengo que enderezarme antes de venir a Dios”? A continuación encontrará una ilustración de cómo algunas personas ven su relación con Dios.

Figura: 6
No es que exista una escala en la que Dios mida las buenas y malas obras. Algunos cristianos realmente creen que sus buenas obras compensan sus malas obras y que al final de sus vidas, eso les da acceso al cielo. Ese tipo de pensamiento es incorrecto. Jesús ya ha completado la obra de salvación; ha finalizado (Juan 19:30). La vida eterna ya es suya; es por gracia que es salvo (Efesios 2:8-9), y nada más se necesita, fuera de su compromiso con su fe a Jesucristo. La forma apropiada de entenderlo se demuestra en el siguiente diagrama.

Figura: 7
Debemos entender la gracia de Dios correctamente. El diccionario bíblico Tyndale dice, "La gracia le permite a Dios confrontar la indiferencia y la rebelión humana, con una capacidad inagotable de perdonar y bendecir". Comprender su gracia es la conexión que pone dentro de nosotros el deseo de ‘hacer buenas obras’. Muchos nuevos creyentes y creyentes maduros sienten que “tienen que” hacer cosas buenas, pero cuando comprendemos apropiadamente Su gracia y misericordia en nuestras vidas, se produce un deseo interno de hacer buenas obras porque deseamos honrarle y adorarle.

Gálatas 2:16 “Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la Ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la Ley; porque por éstas nadie será justificado”.

Romanos 5:1-2 “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios”.

Por lo tanto, dentro de esa misma línea, no debemos abusar de la gracia. Algunos podrían tomar esta idea para decir que si somos salvos por la fe, podemos hacer lo que se nos dé la gana. Sin embargo, somos responsables por nuestros actos (2 Corintios 5:10); no se nos permite hacer lo que queramos después de recibir la salvación. Les digo esto porque la iglesia primitiva también luchó con esta idea. El enemigo y nuestra naturaleza pecaminosa son engañosos y ellos quieren confundirnos. Pablo incluso habla de esto a los Romanos:

Romanos 6:1-2 “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado para que la
gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo
podemos seguir viviendo en él?”


Por lo tanto, reflexionamos en este tema, identificamos que la fe y nuestras obras van de la mano y no pueden existir por separado en la vida de los que creen en Cristo Jesús. Entonces, prácticamente, cada mañana tenemos dos opciones; ¿Viviremos por fe o viviremos por nuestras propias fuerzas y entendimiento?

¿Cuál elegirás cada mañana?

2 Corintios 5:7 “En efecto, vivimos por fe, no por vista”.

VERSO DEL DIA

EFESIOS 2:8-9

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y 9 no por obras, para que nadie se jacte.

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